La economía argentina ha atravesado numerosos ciclos de crisis y recuperación a lo largo de su historia. Desde la hiperinflación de finales de los años 80, pasando por la crisis del 2001 con el famoso "corralito", hasta las más recientes dificultades económicas, los argentinos han desarrollado una particular resiliencia y creatividad para proteger sus ahorros. Este recorrido histórico nos permite entender mejor por qué la diversificación de activos se ha convertido en una estrategia de supervivencia financiera para muchos ciudadanos.
Durante la década de los 90, Argentina experimentó una aparente estabilidad bajo el régimen de convertibilidad que equiparaba un peso argentino a un dólar estadounidense. Esta paridad artificial, aunque contuvo temporalmente la inflación, terminó colapsando dramáticamente en 2001. Desde entonces, la dolarización informal de la economía se ha convertido en un mecanismo de defensa contra la constante depreciación del peso.